miércoles, 1 de febrero de 2012

Capítulo XXXIX. Afán de protagonismo. Narra la historia del inframundo del egocentrismo, donde los nimios de la palabra se excusan en sus actos y tratan de enmascarar los defectos como si fueran virtudes. Y de cómo la realidad siempre queda al descubierto.

Y a la estupidez la llamó coherencia (pero no coló).
Quiso gobernar como déspota y chocó con la indiferencia ajena.
Quiso jugar a ser tirano y se vio obligado a claudicar de su idea.
No se apeó de la burra y la rendición le costará millones (que no tienen) a los contribuyentes asturianos.
Mediocre. Mediocres los que le rodean. Mediocres cuantos le amparan.
Tributo a la necedad y a la falta de inteligencia

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