sábado, 28 de julio de 2012

Capítulo 269. Oídos sordos. Y no por palabras necias, sino por maldad. Pura maldad.

Pi-pi-pi-pi-pi-pi-piiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
Cuentan que contaba un hombre
que cada vez que contaba le contaban
que alguien contaba.
Así, si quería contar, sólo tenía que recordar
lo que le contaban que contaba.

Está claro ¿No?
Pues igualito que el cuento, oye. Igualito que el cuento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario