domingo, 2 de febrero de 2014

Capítulo 894. "El poder desgasta"

salamancartv.com

El poder desgasta.

Fue una tarde aburrida en el bar de Emilio: pocos habituales, nula conversación. Quizás, por romper el hielo, el camarero rellenó nuestros vasos. En la tele, las repetitivas noticias de la convención del PP. Creo que ninguno de nosotros tenía ganas de guerra.

Emilio, viendo el percal, habló de Aznar y Rajoy, de Oreja y Rajoy, de Ortega Lara y Rajoy, de Rajoy y Rajoy. No le hicimos mucho caso.

-        ¡Cómo desgasta el poder!, sentenció al acabar su monólogo.

Aurora, como quien no quiere la cosa, le llevó la contraria.

-        El poder no desgasta, lo que desgasta es el “no poder”: no poder hacer frente a tus gastos; no poder tener ingresos, porque hace demasiado tiempo que estás en paro y ni subsidio te queda; no poder comprar ropa a tus hijos; no poder dar tres comidas diarias a los pequeños… Ni a los abuelos; no poder pagar la hipoteca; no poder mandar a la mierda a los que provocaron esta crisis y se han enriquecido a costa de nuestro sufrimiento.

Emilio sonrió. En el fondo comparte el discurso de Aurora, aunque su militancia ideológica (que no de carnet, creo) le obliga a defender austeridades y barbaridades que no se sostienen.

-        Cuando Rajoy esté totalmente desgastado (comentó Mario), encontrará acomodo en las eléctricas o en algún consejo de dirección de vete a saber qué empresa importante y ya no volverá a desgastar ni siquiera la suela de los zapatos.

Todos asentimos. El poder no desgasta. El poder gasta y malgasta nuestros impuestos, nuestros sacrificios, nuestro sudor.

Se me había acabado el vino que albergaba mi vaso. Pedí otra ronda. Junto con el mosto fermentado engullí la mala baba que me provoca este poder desaforado que está malgastando nuestras vidas, nuestras vidas descastadas.


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