domingo, 16 de noviembre de 2014

Capítulo 1.200. "In-Inde-Independencia"

Artículo y viñeta para http://salamancartvaldia.es/
In-Inde-Independencia.

La bronca que le echamos a Emilio, el camarero, en el bar. Y con razón. Veíamos la tele. Seguíamos el circo ese que se ha montado en Cataluña entre los que tienen negado el derecho a decidir y los que lo prohíben (acostumbrados, como están, a menguar cuanto atisbo de libertad caiga a su alcance). Aparecía en la pantalla el dueño de Feixenet, empresa de cava que no anda en sus mejores momentos anímicos. El hombre se aliaba del lado españolista, se declaraba español y se quejaba de cómo hacen las cosas los independentistas, algunos de los cuales han pedido un boicot a sus productos.

Emilio, con más cinismo que sentido común, nos puso este caso como ejemplo de intransigencia, como paradigma de lo que le sucede a quien es consecuente con su españolismo y su ideología. Y alabó la valentía del empresario.

No quiso decirnos, sin embargo, que hace unos años, cuando se llevaron los primeros papeles del Archivo de la Guerra Civil él se sumó a la campaña de boicot a todo lo catalán, y en su bar dejó de servirse el cava, fuese o no de las españolísimas bodegas de Freixenet. Tampoco quiso reconocer que el cava ha desaparecido de su bodega coincidiendo con el anuncio de la consulta. Fuese o no del españolísimo Freixenet.

Tanta hipocresía nos sublevó y acabamos arrinconándole en lo más oculto de su ideología reaccionaria, de su troglodítica manera de pensar, y de su incoherente parecer para el que los catalanes son demonios digan Cataluña o griten España. ¡Así nos va!

Los suyos nos dirán luego que mimaron a Cataluña, olvidando eso de que Wert se empecinara en “españolizar” a sus niños. Los populares nos dirán que son los catalanes los que se alejan, ignorando la cantidad de cientos de miles de Emilios que iniciaron un  boicot (y muchos lo mantienen) a todo lo que huela a Cataluña, sin importarles si la bandera es estrellada o rojigualda.

Emilio es un impresentable y su ídolo, Rajoy, un innombrable al que le cabrá en su día (y así lo dirá la historia) el mérito haber sido el presidente que más ha hecho peligrar la unidad de España. Y eso que presume de amarla, quererla y defenderla hasta la médula.


8 comentarios:

  1. Infiero que sugiere que debe negociar, y me pregunto: ¿Porque tiene que negociar nada este señor? ¿Quién cono es este señor para saltarse la ley? Que yo sepa ni puede ni debe, la ley es muy clara, y cuando empezamos a creernos por encima de las leyes, y que estamos por encima del bien y del mal...

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    1. Afirmo que las leyes se deben cambiar (y se han cambiado al ritmo de los tiempos, menos mal).
      Afirmo que respetar un derecho fundamental, como del de autodeterminación, es básico para hablar y demostrar madurez democrática.
      Afirmo que poco o nulo sentido democrático tiene quien se niega a escuchar. Que poco o nulo sentido del deber tiene el que torpedea una consulta y no la favorece.
      Afirmo que qué triste este gobierno nuestro que primero inflama lso ánimos de una comunidad y luego le prohíbe manifestarse acerca de su cabreo. . Ni los argumentos anti catalanes que escuchamos de boca del gobierno, ni la acción desmesurada promovida por los sectores del españolismo más rancio, hacia Cataluña, ayudan a que las gentes se sientan integradas en un proyecto del que se sienten excluidos, un proyecto en el que se les insulta.
      Mucho me temo que si yo fuese catalán también querría irme. Y, como español, me duele pensar que mis dirigentes utilizan la democracia sólo cuando les interesa y, casi siempre, en su propio beneficio.

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  2. De quien hemos de independizarnos (todos y todas) es de la clase dominante, de la oligarquía y sus globalizados teje-manejes. Cuando la independencia de un pueblo la promueve su rancia y oligarquica burguesía, es obligado reflexionar antes de lanzarse visceralmente a un ruedo en el que, con toda seguridad, volveremos a perder los de siempre: nosotros y nosotras los explotados.

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    1. A veces lo visceral sirve de tónico depurativo. Puede que no esté mal del todo. :-)

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    2. A veces, pero no es el caso. Fuimos muchas y muchos los que, en la dictadura, defendimos (y seguimos defendiendo) la autodeterminación de los pueblos. Ese anhelo, razonado y visceral, partía de principios y exigencias que la clase dominante, heredera del franquismo y enemiga de una auténtica justicia social, nunca podrá asumir.

      Artur Mas, el mismo que "despeja" las calles cual si del mismísimo Fraga se tratara, no puede ser nunca un aliado de una causa realmente emancipadora, y utilizará la visceralidad de sus adversarios para su propio interés y para los intereses de aquellos a quienes representa.

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    3. A los demás les corresponde no dejar que se salga con la suya. Pero él es sólo uno de lso millones de personas que se están manifestando y están exigiendo su derecho a decidir.

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    4. Bueno, no es "sólo uno", es el que gobierna y dispone de los medios necesarios para conducir la situación de acuerdo con sus intereses.

      De todas formas, lo que yo sostengo (si te interesa) está mejor explicado en este artículo:
      http://arrezafe.blogspot.com.es/2014/11/el-tierno-y-calido-abrazo-de-la.html

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