Capítulo 1.625. Promesas de papel mojado (y ahogado en el mar)

Chiste para el periódico Salamanca al día

En realidad no están vivos, sino muertos. Muertos de miedo, de incomprensión, de desilusión. Muertos envenenados pro tanta mentira, por tanta injusticia.

No son refugiados, son cadáveres que avanzan como olas a ninguna parte, a ninguna playa. Son cadáveres que huelen a la putrefacción de quien les condena a la miseria, al hambre, a vivir ansiando una paz mil veces prometida y tres mil veces postergada.