domingo, 19 de febrero de 2017

Capítulo 1.949. Los llamados a reinar

Artículo y chiste para http://salamancartvaldia.es/
Contentos nos tiene la sentencia del caso Nóos a los contertulios del bar de Emilio, incapaces de entender que una mujer culta (dicen), formada (dicen), trabajadora (dicen) de banca, educada para ser miembro de la familia real (dicen)… no se enterara de nada… ¡Y que cuele!

El debate nos lleva a charlar un rato sobre la jefatura del estado, y la monarquía como medio para establecer uno u otro gerifalte.

Los habituales, de manera casi unánime, nos declaramos partidarios de la república, y acabamos de recibir cierta dosis extra de argumentos para no variar ni un ápice nuestro pensamiento.

Comenta Aurora, sin embargo, que, sin ser forofa de la monarquía, prefiere el sistema actual a un experimento en el que votásemos al Presidente. Nos sorprende. Es mujer de izquierdas y abiertamente partidaria de la igualdad entre las gentes. Le dejamos, claro, argumentar.

-         ¿Os imagináis a Aznar como Presidente de la República? ¿O a González? (Reconozco que cierto escalofrío se adueñó de mi columna vertebral ante tan patética perspectiva) Por eso prefiero –arguyó- alguien que ha sido formado y educado para ese puesto, que no la mediocridad que nos gobierna.

Nos miramos, pedimos otra ronda y dejamos que respondiera Nekane sin saber que iba a dejar las cosas en su sitio con una claridad elogiable.

-         No voy a entrar en eso de la prevalencia del hombre sobre la mujer a la hora de reinar, que me estomaga y que es lo que ha hecho que Felipe sea VI y no una Elena I, como correspondería si no viviésemos en un país caduco y con una constitución medieval.

Durante algún tiempo, Elena, de la que se nos cuenta que tiene un coeficiente intelectual inferior a la media, fue la segunda en el orden sucesorio. Habría bastado que le ocurriese algo a Felipe, para que hubiese reinado. Queda totalmente desmontado tu argumento, porque no dependemos de la formación del futuro rey, sino de la suerte que tuviese y tuviésemos a la hora de nacer. Y, ni por esas, que la siguiente en la lista era Cristina que, o es cómplice de un delito, o no se enteraba de nada. Y, si no se entera de los negocios en los que es accionista, no la quiero yo rigiendo los destinos de España.

Se achantó Aurora, zanjamos la conversación y brindamos a la salud de la III República.


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