Y, con la esperanza de lograr que todo volviera a la normalidad,
las gentes salieron a la calle, aquel 1 de mayo de 2012;
regresaron a sus hogares y soñaron con que pronto
acabara la pesadilla, y el monstruo
de las tijeras desapareciera
para siempre.
Y, tras entregar la herramienta del oprobio, se retiró a sus merindades. |
Postdata: el monstruo de las tijeras,
desde su despacho, se reía y se reía.
desde su despacho, se reía y se reía.
Por eso es imprescindible que salgamos a la calle,
para que se vea obligado a asomarse a la ventana
y ver lo que su pueblo le pide;
para que oiga los gritos de la gente
y sea consciente de que está remando en dirección opuesta
a la que le piden quienes le elevaron a su puesto.
para que se vea obligado a asomarse a la ventana
y ver lo que su pueblo le pide;
para que oiga los gritos de la gente
y sea consciente de que está remando en dirección opuesta
a la que le piden quienes le elevaron a su puesto.
Estimado amigo:
ResponderEliminarNo sabe usted lo que me ha alegrado encontrar esta página. Creí que ya no hacía chistes y lo lamentaba profundamente. Recuerdo que durante años le lei sus dibujos en El Adelanto y puedo asegurarle que me invitaron a pensar más de un día y provocaron en mí una sonrisa muchas veces.
A partir de ahora le seguiré por aquí, ahora que los tiempos han cambiado y podemos leernos en la distancia.
Un saludo y muchas gracias por saber decir las cosas como usted sabe.
Firmado: Juan Manuel Santos
ResponderEliminarMuchas gracias, Juan Manuel.
EliminarLa verdad es que guardo con mucho cariño aquella etapa que duró unos cuantos años...
Pero, aquí estamos de nuevo, pasándolo bien con el dibujo y la palabra... Y reencontrándonos con viejos lectores, lo cual siempre es un placer.
Un abrazo enorme.