Capítulo 235. Sigue la tortura. Es el tiempo de Pamplona, de correr los toros por la mañana y torturarlos, para regocijo general, por la tarde. Seguimos sin aprender nada. En nuestra sociedad "avanzada" no hay tiempo para el propósito de la enmienda.
Y en el momento de morir, el toro preguntó: - ¿Por qué? Nadie le oyó. Estaban demasiado ocupados entreteniéndose con la agonía del animal.
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