Capítulo 302. Opus Wert. Vuelven los tics superados. El cuerpo se subleva y se lanza a reproducir movimientos incontrolables, quizás de miedo, tal vez de asco. Un ministro desautorizando al Tribunal Supremo. Un esperpento de político defendiendo la educación unisexual, amparada y pagada por el estado. ¡Raza de antruejos! ¡Qué deswertgüenza!
Los niños por un lado; las niñas en casa y con la pata quebrada.
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