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Por encima de
nuestras posibilidades.
En el bar, Aurora respondió a no recuerdo qué comentario de
Emilio, el camarero, sobre el optimismo y la recuperación:
“En la planta baja del parking de chorradas quedó aparcada la mentira
aquella de que la crisis estalló porque los ciudadanos habíamos vivido por
encima de nuestras posibilidades. Eso nos lo contaron cuando no conocíamos el abuso al que nos sometieron “los
mercados”, cuando ignorábamos la incompetencia y los robos que protagonizaron
las entidades financieras, cuando cerramos los ojos ante los políticos que se
plegaban a los caprichos de las altas finanzas.
A la entrada del parking, junto al contenedor de basura, tratan de
esconder que cada vez más difícil vivir. Así, sin más. Ahora resulta complicado
cubrir las necesidades de la familia. No es que hayan cambiado los modelos de
producción. Es que han robado la producción y nos han convertido en un modelo
de ciudadano conformista, atontado, asustado, derrotado. Por eso tratan de vendernos
su falso optimismo. Quieren que vivamos por encima de nuestro optimismo.
Es triste que, sabiendo que se asustan por un Gamonal, consintamos que
miles de familias rebusquen su sustento en contenedores callejeros, porque la
basura dirigente sigue siendo incapaz de hacer frente a las necesidades reales
de los españoles.
A la puerta del Congreso, dos leones desalentados lloran al ver entrar
a las ratas que, siguiendo la batuta (que no la flauta) del poder económico,
nos estrangulan poco a poco.
Ya no hablamos de los niños que no tienen tres comidas en sus casas; ya
no hablamos de los abuelos a los que han sacado de la residencia para vivir con
su pensión; ya no hablamos de los contenedores de basura, improvisados
restaurantes de autoservicio… Ahora somos optimistas. Óptimamente optimistas.”
Tras soltar toda esta perorata, Aurora, en el bar, rechazó
que Emilio, el camarero, le sirviera otro vino. Cabizbaja se marchó a su casa.
Los demás bebimos desalentados. En realidad nos supo amarga aquella invitación
de la casa.
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