Artículo y chiste para salamancartv.com |
La Justicia y la
Gürtel.
Aprovechando las vacaciones quedamos para desayunar en el
bar de Emilio. Después, algunos de los parroquianos saldríamos al campo huyendo
de aglomeraciones, imágenes de torturados, calles cortadas y beatería barata.
Mientras mojábamos los churros en el café caliente,
Alejandro comentó algo acerca del caso Gürtel. Emilio, como hace siempre que le
conviene, nos hablo de la inocencia de los imputados “mientras no se demuestre lo contrario”. Y Alejandro explotó.
-
Su culpabilidad está demostrada de hecho. Lo que
ocurre es que no se puede demostrar de derecho porque los mangantes de siempre,
sus amiguitos por intereses, no dejan que llegue a juicio. ¿De qué nos sirven
los polis? ¿Para qué valen los jueces si al final la corrupción está dentro del
sistema? Mejor que se vayan y al menos nos ahorramos sus sueldos.
Aurora, que se había percatado de la presencia en el bar de
dos guardias civiles desayunando, le rogó que bajase el volumen.
-
Me importa tres que me oigan (respondió
Alejandro) y si son tan ciegos como para no verlo, que se hagan rentistas y no
picoletos.
Mostró su descontento uno de los agentes, mientras el otro,
sonrisa en los labios, le sujetó y aplacó. Murmuró algo que no oímos, pero
intuimos que nos daba la razón. Vivimos en un mundo estúpido, con una justicia
que juega a hacerse la desaparecida. El problema es que, cuando le dé por ser
visible, pocos creerán en ella y se sentirá tan sola como desamparados estamos
los demás.
¡Qué injusto es que la justicia no sea justa!
Hace mucho tiempo que no creo en la justicia ni en la imparcialidad de los jueces. Y cuando dejas de creer en algo, probablemente es para siempre.
ResponderEliminarA pulso se lo ganan. ¡Qué pena!
Eliminar