Qué tiempos aquellos en los que, cuando a alguien le hacías algo malo, le pedías perdón como manera de depurar el agravio.
Ellos, hipócritas, en lugar de perdón te dan las gracias.
Especialistas en darle la vuelta a la tortilla, maestros del engaño, manipuladores de la palabra... Profesionales de la mentira.
¡Ah, y si les ha ofendido lo que he escrito, que no se preocupen: para lavar mi conciencia, les doy las gracias.
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