Nos toman el pelo.
De verdad, que nos lo toman.
Ahora nos dicen que es garante de que no volverá a pasar lo que ella no evitó. Nos dicen que va a ser vigía para que no se repita lo que con ella ya ocurrió.
Miope cuando quiso, los corruptos camparon a su lado. Hoy la presentan como azote, como libertadora de vicios democráticos, como mecenas de la honradez.
No hacían falta gafas, sino voluntad para atajar lo que nunca quiso frenar. Eran los suyos y era lo nuestro. Los unos, corruptos; lo otro, un día se llamó estado del bienestar.
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