Sus jerarcas son amigos de los nuestros.
Sus mandamases cazan con nuestro rey (Juan Carlos I, "El matador de elefantes").
Sus ciudadanos están sometidos a los designios del tirano que, enmascarado en asuntos de fe, golpea las espaldas, aplica latigazos, corta manos...
Tiranos del siglo XXI. Poderosos. Nuestra misma hipocresía de siempre.
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