Llenaron de cámaras nuestras calles, nos vigilaron a los honrados. Mientras tanto ellos, sin que nadie les viese, se adueñaron de lo nuestro. Nos robaron la sanidad, la educación, la cultura... Esquilmaron nuestra caja de pensiones, vaciaron los fondos de los sericios sociales...
No había cámaras en sus despachos: las pusieron todas en las calles para ver nuestra pena, para reírse de nuestra tristeza.
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