Como sólo los más autoritarios saben hacer, el plenipotenciario Presidente (del partido y del gobierno) atrasa el anuncio de sus cambios y componendas. Ministros y barones se desquician pensando si serán tocados por la fortuna o si se verán apartados de la élite dirigente.
El "tic - tac" cobra otro sentido. Veremos si le hace tanta gracia pasado mañana, cuando suene para él.
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