Pobres de solemnidad con síndrome de Estocolmo.
Necios hambrientos que apuestan todo a la carta más alta y juegan contra un tahúr.
Así es esta España nuestra, país de pesadilla. Reflejo de las dos Españas: la que se enriquece, y la que empobrece a los demás. (Ya, ya sé que esa es una única España, pero es que la segunda nos la han robado hace tiempo)
La comunión de los borregos, sin más. Sadomadoquismo: sumisión al verdugo sabiendo que lo es, indolencia respecto al resto que padecen sus políticas. Me puede el pesimismo, pero no dejo de tener un rayo de esperanza.
ResponderEliminarSaludos cordiales.
Desde el nacimiento de la democracia, el borreguismo ha sido una de sus características. En España somos expertos.
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