Escuchas el telediario, y parece que vives en otro mundo.
Escuchas a los líderes, y te da la impresión de que Jauja
se queda pequeña comparada con España.
Escuchas la voz de los que sufren, y España no es más
que una porción de tierra sin ética ni honradez.
Entonces bajas la cabeza, avergonzado e intuyes que hace tiempo
dejó de ser un orgullo ser español.
Ser español es, hoy, una condena.
Escuchas a los líderes, y te da la impresión de que Jauja
se queda pequeña comparada con España.
Escuchas la voz de los que sufren, y España no es más
que una porción de tierra sin ética ni honradez.
Entonces bajas la cabeza, avergonzado e intuyes que hace tiempo
dejó de ser un orgullo ser español.
Ser español es, hoy, una condena.
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