Vaya por delante mi rechazo a la agresión que ha sufrido el (todavía) Presidente del Gobierno. Desde hace años me posiciono en contra de cualquier agresión, sea de un menor hacia un mandatario o de las fuerzas de seguridad del estado contra aquellos que tratan de impedir un desahucio.
Dicho esto, quede como anécdota lo que es anécdota, y centrémonos en lo importante, en que España debe cambiar, debe abrirse, debe aspirar a ser más España y menos paraíso de delincuentes, estafadores, corruptos y otras tantas especies que florecen al amparo de la impunidad de la que han gozado.
En eso nos volcamos algunos. En eso nos gustaría que se volcasen quienes deben hacerlo. Quizás sea hora de que empiecen a tomarse en serio el asunto.
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