Capítulo 1.587. El sistema anitisitema

Artículo y chiste para http://salamancartvaldia.es/

Emilio llenaba nuestras copas con un culín de cava acorralado por una nube infinita de espuma que hacía rebosar el vaso. Hablábamos de las elecciones, de los pactos, de las propuestas de unos y otros. La reflexión vino de la mano de Nekane y he de reconocer que me vi identificado en muchos de sus aspectos.

“Durante meses, dijo la psicóloga vasca afincada en Salamanca, he tenido que soportar que me llamaran antisistema, por querer cambiar un modelo que no me gusta; por criticar un esquema basado en la oligarquía disfrazada de democracia; por no aceptar a  los caciques que entienden España como la finca donde robar a sus anchas; por rechazar las leyes dictadas por decreto, castradoras de derechos; por odiar vulneración de derechos amparados por la Constitución, a la que invocan únicamente para preservar la sagrada unidad de la patria.

Ahora resulta que el que hace ingobernable España es el propio sistema, incapaz de mantener diálogo entre iguales en las Cortes; incapaz de saber por dónde tirar cuando no son dos, sino varios los que deciden. El sistema, se ha revelado antisistema. El sistema, se ha rebelado contra el sistema”.

Emilio, arrepentido por haber votado a Ciudadanos en lugar de a su PP de toda la vida, dijo que la culpa es de Podemos, que obstaculiza pactos y diálogo… Y que el PSOE está traicionando a España al negarse a alcanzar un pacto de estabilidad.

No intervine, pero pensé. Pensé lo vacía que es la pobre “estabilidad” reducida a preservar sus modelos e intereses. Pensé que nada ha cambiado cuando los medios de comunicación siguen vendiendo como maligno lo que es bendecido en la mayor parte de los países del mundo. Pensé que estoy harto. Harto de mediocres en política, harto de irresponsables en las urnas, harto de improvisadas tertulias de bar.

Quizás en unos meses haya que repetir las elecciones. Entonces se hundirá Ciudadanos y el PP obtendrá una nueva mayoría absoluta, mientras la izquierda lucha entre el voto inútil al PSOE, que nada cambia, y el ansia de renovar una España que sigue enferma: enferma de canibalismo conservador.