Cuando las personas no tienen rostro definido, sino que está camuflado entre euros y dólares; cuando a las personas se las mira como rédito y no como un corazón; cuando la indolencia se adueña del poder...
Entonces nace la catástrofe, y da igual denominarla Siria, Irak, Guatemala o Brasil.
Sembramos el más despiadado de los capitalismos. Recogemos los frutos en forma de dolor y miseria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario