Cuando se hizo rico se le fue la olla. No la ha recuperado desde entonces. A veces la cabeza se le escora más a la derecha. Tanto, que llega a pedir el voto para Rajoy. O el silencio, que es como darle el sí.
Luego el PSOE se queja de que, elección tras elección, va perdiendo escaños. Y votos.
¿Cómo dar un cheque en blanco a un partido que alberga locuras, que produce locos?
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