Somos tan mezquinamente simplistas, que estalla la polémica porque un cocinero le ha puesto chorizo y guisantes a su paella.
Somos tan simplistamente mezquinos, que nadie parece preocuparse por los millones de personas que, en España, sueñan con comer algo, cualquier cosa, aunque sea una paella con chorizo.
Pero esos no importan.
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