Que los superhéroes no existen es algo bien sabido.
Que los superpoderes que se les atribuyen existen en algunos casos, es constatable al ciento por cien.
Que no debiera ser así, lo sabe todo hijo de vecino, pero parece que lo ignoran los representantes del Hijo, que viene a ser también el Padre y el Espíritu Santo.
Que la Iglesia no paga impuestos es algo que debe ser revisado con urgencia. Más que nada, por una cuestión de igualdad. No abonar en el desempeño de una labor social, es una cosa. No abonar mediando lucro por medio, es algo distinto. Y aquí, en cuestiones de cruces, se cruzan churras y merinas. Y, claro, nacen superhéroes.
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