Padre, me acuso de tener gas de ver a Raloy en el banquillo de los acusados, porque no me creo, padre, que los jefes nada supieran de las componendas de sus sus subordinados.
Padre, me acuso de tener ganas de ver a Rajoy como inquilino de la de Soto del Real, porque no me entra en la cabeza que unos y otros suelten perlas (contadas) sobre él y no se investigue más a fondo.
Padre, me acuso, una vez más, de ser un iluso y creer en un mundo en el que la Justicia trate por igual a los iguales.
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