Se las prometían muy felices los novios, la banca por madrina y los grandes empresarios haciendo de padrinos.
Siguen teniendo las de ganar, que donde hay dinero pocas veces gana el obrero, pero ahora saben que la gente está subida de tono, que no acepta la imposición por las buenas (no, al menos, hasta el mes que viene).
Veremos en qué para todo esto. Claro, que puestos a desear, que no pare
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