Se frotan las manos los ricos al saber que más de medio mundo les baila sones y les ríe gracias.
Son amos, sin escrúpulos, conscientes de que en nuestra miseria está su confort.
Son el egoísmo que cabalga, la avaricia que nada a favor de la corriente, la podredumbre que desborda estanques.
Me dan asco.
No lo puedo remediar.
Me dan asco.
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