Forzada a ello o por buena voluntad, lo cierto es que Cataluña ha dado un paso adelante pidiendo el diálogo. De un gobierno fuerte se esperaría comprensión y un intento decidido por acercar posiciones.
Del Gobierno de España no se espera nada, salvo hurgar más en la herida, agrandar diferencias y consolidar una ruptura que llevará para siempre la firma de Mariano Rajoy.
No hay comentarios:
Publicar un comentario