En algún rincón de la conciencia colectiva, se empieza a perder el miedo. Los raperos gritan, escupen, atacan. Los humoristas gráficos afilan sus lápices... Se está perdiendo el miedo. A pesar de los encarcelamientos a los titiriteros, a pesar de las amenazas constantes con una ley que pretendía tapar bocas, vendar conciencias.
Algo están haciendo mal los censores, los que desean imponer el silencio, los que quieren que se hable únicamente de lo que no les perjudica.
No sé si con humildad o con acritud, me uno al coro de voces disonantes y grito. Grito M. Rajoy.
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