Sigue la monarquía en su mundo de chupifiesta y happyvida, ignorando lo canutas que lo pasan muchos, mientras otros regalan a una niña de doce años un toisón de 50.000 euros. Y es que el collar con el corderito es símbolo. Sí, desde luego. Símbolo de despilfarro, de ostentación y de ignorar lo que pasa más abajo de palacios y Zarzuelas.
¿Y este es el Rey que comprende a su pueblo, sus problemas y sus necesidades? Si es así ( y así lo veo) me quedo con el tendero de la esquina, y con Juliana, la del cuarto, y con Alberto, el de Manuela. Y contigo y conmigo. Pero no con ellos.
Con su oro se lo coman.
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