De niño, me llamaba la atención que la mezcla de dos colores producía uno distinto, algo nuevo.
De adulto, me llama la atención que la mezcla de dos colores no opere ningún cambio. Mezclas el azul con el naranja y todo sigue igual, como si juntases agua con agua.
La lógica infantil, derrotada por la ilógica del mundo actual
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