Este fin de semana he hablado con una familia de refugiados. Una de esas que consiguió plaza en España. Les pregunté por su vivencia, por sus recuerdos...
La palabra que más veces repitieron fue miedo. A la vida y a la muerte, a los soldados, a la policía, a las mafias, al hambre.
El hambre fue la segunda palabra más votada.
Mundo cruel en el que se va a juzgar a los que ayudan y se premia a los que obstaculizan.
Mundo miserable.Este fin de semana he hablado con una familia de refugiados. Desde entonces, tengo un nudo en la garganta.
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