Aquello que se cierra en falso, acaba supurando pus. Las heridas de las que hablan no se curaron, no cerraron. Sencillamente no se veían porque fueron tapadas con una tirita insuficiente, endeble, pegajosa.
Llega el momento de curar las heridas de verdad aplicando un tratamiento que, ahora sí, sea efectivo.
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