Que no se salva ni uno, oye. Que en lo grande o en lo chico, acaban pillándolos a todos. Que entrar en un consejo de administración por la puerta giratoria es invitación a la corrupción, y algunos parece que no necesitan mucho para animarse.
Que se vayan de una vez. Pero no a sus casas, sino a una celda de Soto del Real.
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