Una desobediencia que va mucho más allá que el hecho de quitarse el velo. Es el intento de destapar una libertad secuestrada por hombres. Es el intento de desmochar el machismo, de bajar del pedestal la desigualdad, de acercarse a la humanidad.
Europa calla. Una vez más, el petróleo manda más que los principios.
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