A veces tengo la impresión de que el calendario avanza hacia atrás. Hoy es 2020 y mañana puede ser 2002 otra vez, con la llegada del euro y esas todo lo que prometieron entonces.
A veces tengo la certeza de que el calendario va hacia atrás, con un Abascal con ínfulas de Caudillo y un Casado ahogado en la mediocridad de defender todo lo que nos puede hundir.
A veces creo que algunos añoran tanto el 36, que caminan, ciegos de ira, hacia él.
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