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Artículo y viñeta para http://salamancartvaldia.es/ |
Así, como suena.
Charlábamos sobre la Navidad, las reuniones en familia, la
cena de Nochebuena… ¡La imposibilidad (me decían) de que se separen las
familias por la decisión de cuatro políticos… Y la ridiculez de limitar a seis
el número de comensales en las fiestas señaladas: ¿A quién dejamos fuera?
Yo decía que el virus no se rige por calendario, que no
entiende de fechas en rojo, ni de brindis, ni de exceso de alcohol en los
sentimientos. Y del peligro que puede suponer desandar lo parcheado (que ha
sido más parche que camino).
¡Eres un agorero!, me dijeron. Piensas en la tercera ola sin
tener la certeza de que vaya a llegar.
Tienen razón, afirmo con certeza. Y completo: el problema no
es que yo piense, sino que algunos no piensan. Sencillamente, no piensan. Ya
hemos demostrado que la prudencia no es lo nuestro, ni la contención, ni el
sentido común… Pero no me hagáis mucho caso: ya sabéis que soy un agorero.