¡Que no, hombre, que no! Que no nos los merecemos. Que se vayan a su casa por caraduras... Y por estultos, que hay que ser tonto para hacer algo así ahora que todo el mundo mira con lupa, y los enfados se siembran ellos solitos.
¡Que no, hombre, que no! Que ya está bien.
Que paren el mundo, que tenemos que bajar, de una patada, a unos cuantos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario