Vergonzoso el hoy. Vergonzoso el mañana de un gobierno que no se atreve.
Claro que, visto lo visto, seguro que no.
¡Madrid es libertad!, la aclaman algunos hosteleros.
Populismo caro y barato a un tiempo. Barato, porque no sirve para nada. Caro, porque lo pagaremos a precio de Covid mientras ella obtiene rédito electoral inconsciente, irresponsable.
¡Madrid es una pena!, vengo a sentir yo.
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| Artículo y chiste para http://salamancartvaldia.es/ |
Es Semana Santa. Volverán a adueñarse de informativos, de
las calles (con poco protagonismo, por la pandemia), de las fachadas de los
edificios institucionales… De la fe, de la razón y de la pobreza.
Volverán a hablarnos de hermanos, de iguales.
Volverán a comentar cosas sobre los pobres y su reino, el de
los cielos, que no está en este mundo.
Es Semana Santa. Su hipocresía volverá a procesionar en sus
corazones.
Le he dicho a Borjamary, que cuánto necesitamos un Barrio Sésamo hoy en día para que les aclare los conceptos.
Borjamary se ha reído y se ha marchado con aire de "le he convencido". Y sí, me ha convencido. Me ha convencido de que su discurso no hace más que deformar la realidad y llamar al pan, chocolate, y al vino, sandalias con la suela gastada.
¡Vivan los Borjamary!
Y muchos se lo creen.
Y lo dicen con tal convicción, que dan ganas de creérselo. Vamos, como si hablasen de las armas de destrucción masiva, de la autoría del atentado del 11-M o de que nunca se rescató a la banca en España.
Compulsivos, no lo sé. Profesionales de la mentira, desde luego que lo son.
En España, hacerse el tonto, da puntos.
Cospedal, no se enteraba. Arenas, no se enteraba. Cascos, no se enteraba. ni Aznar, ni Rajoy, ni, por supuesto, Casado.
Reconocerte tonto, negado, incompetente... En otros países es motivo para que nadie te vote. Aquí, parece, es mérito para conseguir mayorías, absolutas en ocasiones.
Definitivamente, España se escribe con B de cajaB. Con B de bodoque. Con B de sigue así, que son bobos y nos van a votar igual.
Entre tanto, ahí seguimos encarcelando raperos, juzgando a quien opina mal de una monarquía de trayectoria más corrupta que ejemplar, devolviendo inmigrantes, abusando de la placa a la hora de identificar, multando a manifestantes...
PPSOE, en una palabra.
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| Artículo y chiste para http://salamancartvaldia.es/ |
790.000 personas viven, en España, con pobreza severa
(tienen ingresos menores a 16€ diarios -480€ al mes-). Así, como quien no quiere
la cosa.
Mientras tanto, en Murcia hay moción de censura y se paga a tres
tránsfugas para que no prospere. En Castilla y León, moción de censura
-incierta hasta mañana-. En Madrid, elecciones anticipadas, que costarán lo que
no está escrito.
En Murcia, miles de personas sólo podrán comer los papeles
donde se firmaron los acuerdos de la vergüenza. En Castilla y León, comerán
promesas y más promesas. En Madrid… En Madrid, ni comerán. Ya se inventarán la
manera de que ese dinero quede en las manos de los de siempre. Como siempre.
Esta mañana me he levantado con 790.000 motivos para el
desánimo, y con 790.000 razones para seguir peleando.
No, no era el partido del Ibex, es el partido de quienes quieren forrarse, sin importarles si paga el Ibex o el Ivox .
Vergüenza de políticos. Vergüenza de partido.
Muy firme no puede ser la convicción ideológica de quien los acoge, para aceptar entre sus filas a quien hasta ayer les criticaba, juraba que era distinto, que creía en otros principios.
Muy firme no será nuestra democracia, cuando el sillón vence a la ideología.
Para eso están ustedes, señor Rodríguez Uribes, para cambiar lo que no es correcto, para sacar de la legislación las salvajadas, para cambiar cualquier norma que ampare la tortura a los animales.
¡Qué excusas tan pobres, señor amparador de maltratadores!
Hace mucho que no ganan las derechas. Siempre pierden las izquierdas. Desunidas, fragmentadas, rotas. Predicando con el ejemplo lo contrario de lo que dicen con palabras: no hay unidad de trabajadores. no hay unidad de obreros. no hay unidad de acomodados dirigentes con tanto ego como falta de vergüenza.
Nos gobernarán los que nos merecemos.
¡Qué nivel! ¡Qué dialéctica!... Y qué acciones, que es lo peor. Que no hace más que reflejar lo que fue otro tiempo, añorar "otra historia", enamorar a un pasado cargado de violencia, de sangre, de crueldad.
Si te llaman fascista -digo yo- mira hacia tus adentros y pregúntate la razón de tal apelativo.
Gane quien gane, pierde Madrid. Y, como tanto gusta Ayuso de identificar la capital con el resto del Estado, asumimos sus tesis y decimos: gane lo que gane, pierde España.
Cotiza a la baja el kilo de conciencia. Se regala el paquete
de fidelidad. La honradez desaparece de las estanterías por desabastecimiento.
La ética, no se recibe hasta la semana que viene.
Murcia.
España.
Política corrupta en manos de corruptos.
Somnolencia.
España.
Pueblo dormido que lo consiente todo.
Cotiza a la baja el kilo de conciencia.
Que levante la mano quien siga pensando eso de que somos una democracia plena.
Sería divertido si no fuese por un temor que me asalta: río revuelto, ganancia de pescadores. Y estos pescadores, me temo, visten de verde.
Tiempo al tiempo. Y, mientras se confirma o no, ¡Pasen, pasen y vean!
Y ahí está la pasividad de nuestros gobernantes, cómplices de tanto sufrimiento.
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Que no hay igualdad entre hombres y mujeres, sigue viéndose
en la prensa, en la empresa, en la política, en el ejército, en las iglesias.
Negarlo, es ir contra la lógica, contra la visibilidad, contra lo cotidiano.
Creer que es desigual trabajar políticas que tiendan a la
igualdad, incluso desde la discriminación positiva, es cerrar los ojos para soñar
con que nada haya cambiado cuando vuelvas a abrirlos.
Hoy, en la calle, en la prensa, en las ventanas, en el
corazón… es imprescindible el 8-M: una ventana que se abre hacia la igualdad.
¿Cómo era aquello de las ranas y el pelo?
Lo peor es que, junto a los problemas de la monarquía, crecen los de una ciudadanía cansada de que la jefatura del Estado resulte impermeable frente al mal hacer, inmune a la legalidad y totalmente fuera de estética.
Así las cosas, ayer, hoy y mañana, la monarquía, a los libros de historia.
Luego nos llaman antisistema.
A ver qué excusa encuentran "los constitucionalistas" para defender tanta basura.
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Y yo, aquí, envidiando a los franceses que nos dan lecciones de comportamiento, de compromiso y de decencia.
Je veux être français
Así las cosas, no fue monarca, sino gigoló de España. Se acostó con ella, la sedujo con palabras, con campechanías inmorales, con populismo barato, con promesas falsas.
A la hora de la verdad, si te he visto, no me acuerdo. O, como dice el pueblo en sus canciones, que son tan sabias como el paso del tiempo: "Si quieres que yo te quiera, que lo tuyo ha de ser mío y lo mío tuyo no".
En fin, para qué seguir. La lista es larga. Tan larga como su lengua. Y los resultados son duros. Tan duros, como su cara.