Uno de los inventos más rentables de la política, fue dejar que unos pocos se enriquecieran con lo que es de todos. Así, las eléctricas llenan sus bolsillos, marcan el futuro, deciden qué, cuánto y cuándo consumimos... Y se forran.
Alguien debería actuar con mano firme, con afán de favorecer el bien común, con intención de devolver a lo público lo que nunca debió ser privado.
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