¡Ay, Isabelita, ay! Que a ratos se te ve más y a ratos se te nota menos. Que no crees en leyes y Constituciones. Que sólo amparas lo que a ti te sirve, lo que a ti te apetece, lo que a ti te vale.
¡Ay, Isabelita, ay! Que piensas que la Ley eres tú, que la Constitución eres tú, que la razón eres tú. ¡Ay!, que ni siquiera te has dado cuenta que tanta tontería, antes o después, se volverá en tu contra.
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