No se las merecen, pero me voy de vacaciones. Descansará la derecha que no hace nada más que gritar, malmeter y mentir. Descansará la monarquía, con sus eméritos fugados, sus derroches y su familia en el punto de mira por sinvergüenzas. Se liberarán de mí los habituales: la banca, la Iglesia, los explotadores, los trabajadores que votan a sus verdugos... Y hasta el Gobierno que aplaza lo imprescindible porque le vencen los intereses que manejan todos los anteriores.
No se merecen vacaciones, lo sé. Pero un servidor no cobra de esto, no come de esto, y le viene bien liberarse, por unos días, de tanto caradura.
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