La España cainita no está de moda. El mito, ha sido
desplazado, de un caderazo, por la fuerza de los mercados, más rollizos y
sobrealimentados, que han creado, a fuerza de depredación, una leyenda que se
convierte en realidad cada día. Como siempre ha sido.
A la España cainita le ha tomado el relevo la España
caimanita, en la que buena parte de sus habitantes son arrojados, sin sonrojo,
a los cocodrilos.
El festín está servido. ¿Comensales? Los de siempre.
¿Viandas? Tú y yo. Y, de postre, el hijo del vecino, más tierno y sabroso por
cachorro.
Interesante blog, Fernando. Te sigo en la distancia... ¡a ver si nos vemos!
ResponderEliminarOjalá sea pronto.
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