Más veloz que un caballo dopado, la miseria se va adueñando de plazas y rincones.
A la denuncia, la llaman propagar el desánimo.
Al silencio lo denomino complicidad y mentira sin palabras.
A la denuncia, la llaman propagar el desánimo.
Al silencio lo denomino complicidad y mentira sin palabras.
Llanto estéril, grito inútil.
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