¡Qué alivio! |
Y el gobierno se convirtió en cómplice
de acciones delictivas.
¡Ah, no!
Que basta con promulgar una ley
en la que se diga que esto es posible,
para que lo abominable se normalice,
justifique y agradezca.
¡Qué poco han tardado!
¡Qué cara más dura!
Gracias por el blog. es un soplo de realismo con humor y mucha verdad.
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