Mañana, un año más, se matará en Tordesillas al toro de la Vega, una acto de sadismo, sangre y tortura enmascarado bajo tientes de tradición y etnografía.
La cultura es otra cosa. La tradición no debe servirnos para perpetuar salvajimos.
Mi más enérgica repulsa a esta forma de diversión y fiesta.
Lo que me da asco es que "la autoridad competente" no prohiba un festejo que hasta el dictador prohibió. Así no vamos a ninguna parte. Y mejor si no recogen sus cerebros, total no les sirven para nada.
ResponderEliminarQuizás el problema esté en llamar "Autoridad competentene" a lo que tenemos. :)
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