lunes, 3 de noviembre de 2014

Capítulo 1.186. "Los perdones de los pendones"

Artículo y viñeta para salamancartvaldia.com
Los perdones de los pendones.
Atónitos veíamos en el bar de Emilio las pretendidas disculpas de Rajoy en el Senado. Para Emilio, acto de constricción del Presidente. Para los demás, pantomima de escasa calidad y verosimilitud nula.

Teníamos la sensación de que le han cogido el tranquillo a eso de pedir perdón (o no pedirlo) como acto con el que eluden su responsabilidad y se creen exentos de las  culpas que les corresponden.

Juan Carlos Iel campechano”, lo sentía mucho (que no nos pidió perdón). Y se dio el asunto por zanjado, como si nunca hubiese hecho alarde de derroche cuando sus súbditos pasaban hambre.

Rajoy pide disculpas (“en nombre del Partido Popular”, como si no fuese él su mandamás), por haber colocado en sus puestos a los que “en apariencia” han abusado de su posición. Ya está, salvado el honor del PP y a salvo la credibilidad de don Mariano.

Aguirre asegura que no quiere eludir la responsabilidad que le corresponde por colocar a Granados al alcance de los dineros ajenos. Y con pedir perdón, quiere convencernos de que su responsabilidad ya se ha extinguido, y ella es la más decente entre las dignas.

Pedro Sánchez pide perdón por los quince socialistas que usaron las tarjetas opacas de Caja Madrid. Cierto que él no tuvo ni arte ni parte en el nombramiento de tan presuntos mentecatos, pero, digo yo, que si cesan a quienes las usaron, algo habrá que hacer con quien les encumbró a la dignidad de consejeros. ¡Ah, no, que esto es España y aquí se extinguen así las responsabilidades! Basta con decir perdón, lo siento, me disculpo o cualquiera otra de las frases hechas al uso y nunca sentidas.

El PP de Masnou (Barcelona) amenaza de muerte a Artur Mas, y pide perdón, no por lo publicado en su twitter, sino por el error “informático” de “arrastrarlo a su página”. Zanjada la cuestión.



Nerea, Mario, Alberto… Cuantos compartimos tertulia aquel día (a excepción de Emilio, el camarero) estamos hasta los perdones de tanto perdón. No queremos poses vacías, queremos asunción de responsabilidades. Y que esos cuatro que pretenden irse de rositas se vayan, pero a su casa. Que se vayan, y se vayan ya, que ya están tardando.


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