Capítulo 1.893. Dantis, por la puerta grande

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Por la puerta grande ha entrado Alfonso Dastis, ministro de Asuntos Exteriores español, en el guinness de la estupidez y la desvergüenza.

Así lo dije, tal cual, en la tertulia del otro día, en el bar de Emilio. Y es que hace falta ser indeseable para afirmar que tiene “iniciativa, inquietud y amplitud de miras”, quien no ve más posibilidad que dejar atrás lo suyo y a los suyos, y salir a buscar lo que no le procura el gobierno, por más que la Constitución Española presuma de amparar el derecho a un trabajo digno.

Hace falta ser insensible, para asegurar que no es un drama alejarte de amigos y familia. Insensible, o tener una familia tan mala como para no echarla de menos, y unos amigos tan poco afables como para no sentir alejarte de ellos.

Acostumbrados nos tienen estos ministros nuestros a escuchar barrabasadas provenientes de sus bocas, pero es que nos habían dicho que el tal Dantis era un moderado. Pues la moderación ha demostrado tenerla en el… Ha demostrado tenerla… Ha demostrado NO tenerla, que no me apetece escribir aquí la palabra culo.

Verborrea cruel la de Dantis. Palabras dañinas las del ministro.

Sólo una cosa buena ha tenido el escucharle. Ya sé lo que le voy a pedir a los Reyes Magos: una lupa de muchos aumentos. Una buena lupa, para ver si encuentro el corazón de tanto impresentable como forma parte de este gobierno insano.

En fin, felices días para todos los que sufren por tener que irse, para todos los que sufren porque han tenido que marcharse los suyos, y para todos los que sufren porque su sensibilidad les da para comprender que es un drama marcharte de tu casa, de tu país, por razones económicas.