No a la violencia. Ni en las calles, ni en las tascas.
No a la violencia. Ni en los bares, ni en los juzgados.
No a la violencia. Ni a la que se ejerce con los puños, ni a la que imponen con las leyes.
No, a la violencia.
Dicho todo esto, jamás una bronca en un bar debe ser juzgada como delito de terrorismo.
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