No recuerdo personaje más torticero entre los líderes de la democracia: acomodando a sus intereses cada hecho, tergiversando cada situación, aprovechando cada resquicio en beneficio de su partido y de su ansia de alcanzar gobierno.
No recuerdo nadie tan siniestro, tan opaco y enemigo de verdades.
Ni lo recuerdo, ni creo que lo haya.
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